Casa Tugendhat, el sueño moderno de los años 30 | #MundoArquitectura

Ubicada en Brno, la segunda ciudad más grande de República Checa, está ubicada la residencia

Ubicada en Brno, la segunda ciudad más grande de República Checa, está ubicada la residencia de la familia Tugendhat, una referencia de la arquitectura de ayer y hoy. A simple vista, se denota la majestuosidad de la obra, una infraestructura que causó críticas en su época por lo costosa y grande que es.

Icono sustentado en historia

Construida en una pendiente, lo primero que asombra es su historia. Si se observa con detalle, su forma expresa modernidad, pese a que sus inicios se remontan a 1928, año en que la hija del empresario judío Alfred Low Beer, Greta, se casó con el fabricante Fritz Tugendhat. Como regalo de bodas recibieron este terreno en el barrio Cerná Pole, Campos Negros.

El encargado de llevar la innovación a Brno fue Ludwig Mies van der Rohe, arquitecto que presentó los esbozos a la pareja a finales de 1928. No obstante, fue a finales de 1930 cuando el matrimonio vio su hogar de ensueño hacerse realidad.

Con amplias paredes blancas y enormes ventanales, parece imposible admitir que este domicilio data de los años treinta. Su sencillez choca con el tiempo y se adelanta sin duda a su década.

La casa se construyó sobre 29 pilares metálicos para darle estabilidad y soporte, una altura que permite tener una vista increíble del casco histórico de la ciudad. Además, goza de dos pisos extensos con varias habitaciones para el descanso, disfrute y entretenimiento. Asimismo, posee conexiones brillantes con las áreas verdes que rodean el lugar.

Por si esto fuera poco, la casa Tugendhat fue la primera residencia familiar en tener un sistema de aire acondicionado propio; sin duda, una avanzada invención para el momento.

Aunque la belleza de esta obra es indudable, su trayectoria no lo es. Los Tugendhat solo pudieron disfrutar de esta maravilla ocho años, ya que fueron una de las primeras familias de judíos en huir de Adolf Hitler justo antes de la Segunda Guerra Mundial.

Desde la partida del matrimonio con sus hijos de República Checa en 1938, esta estructura fue utilizada con varios fines: primero fue ocupada por la Gestapo, y luego alquilada a un constructor de aviones militares; posteriormente alojó a las tropas del mariscal del Ejército Rojo Malinovski. En los años cincuenta fue una escuela de danza y, más tarde, un centro de rehabilitación para niños con problemas en la columna vertebral.

El reconocimiento para la obra de Ludwig Mies Van Der Rohe llegó en 1969 cuando fue proclamada monumento nacional, y desde 2001 ocupa un puesto como Patrimonio Mundial de la Unesco.

Lo triste del caso radica en sus condiciones actuales. Hoy en día, esta casa se encuentra muy deteriorada. Muchas de sus paredes tienen grietas, lo que compromete la solidez de la estructura y amenaza con dejar caer las ventanas.

Una futura recuperación de la obra de Ludwig Mies van der Rohe

En más de ochenta años de historia, muchos han sido los esfuerzos por restaurar esta casa. Sin embargo, estos deseos no han podido concretarse debido a disputas judiciales.

Si se quiere recuperar y dejar intacto este patrimonio mundial para cualquier uso en un futuro, se debe empezar por hacer una evaluación del lugar, verificar cómo están sus cimientos y las bases de la estructura.

Con informe en mano, se hace un análisis de las opciones que se tienen para acomodar los daños del pasar del tiempo y uso. Para ello, se deben tomar en cuenta varios aspectos:

Profesionales adecuados

Trabajar con obras que forman parte del patrimonio no es sencillo. No se trata de una remodelación, sino de una restauración.

Hoy en día hay un auge del sector de la construcción, pero hay que dejar una tarea tan complicada como esta en manos de expertos. Por ejemplo, hay empresas como Lemara.es que se encargan de hacer refuerzos y reparaciones que se adaptan a cualquier necesidad.

Mantenimiento de la estructura original

Cualquier labor de arreglo debe mantener la estructura original de esta obra, porque si llegara a afectarla, estaría modificando un bien que es patrimonio de todos. A esto se le suma el cuidado con el que se debe tratar para no causar aún más deterioro.

Un buen tratamiento puede dejar la residencia Tugendhat como nueva y más que lista para seguir deslumbrando a los locales y turistas que visitan la ciudad de Brno. Esto significaría un gran reconocimiento a la importancia que tiene esta obra arquitectónica trascendental.

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